By El pirata
El micro-festival Barcelona Rocks concentró el sábado pasado todo lo necesario para obtener un gran cóctel rockero: el buen rollo de Eclipse, el potente sonido de Angelus Apatrida, el infalible directo de Saxon y el imponente y legendario espectáculo de Scorpions.
Foto Mikel Pérez
Concebido como un sustituto momentáneo del Rock Fest (solo hasta que acaben las obras en el parque Can Zam, donde se suele celebrar anualmente), este pequeño gran encuentro de amantes del buen rock dio comienzo al filo de las 18:30 horas con los riffs de la banda sueca Eclipse. Una propuesta musical que siempre deja un poso de positivismo en el cuerpo sin renunciar al hard rock más puro.
Tras ellos, se lanzaron a comerse el escenario los nacionales Angelus Apatrida. Una imponente propuesta que levantó todo el pabellón Sant Jordi Club. Y es que la banda albaceteña es una de las principales causantes de que el Trash Metal este resurgiendo en nuestro país.
Foto Mikel Pérez
Saxon tomó su relevo demostrando una vez más que son unos auténticos creadores de himnos intergeneracionales (no faltaron temazos como ‘Crusader’ o ‘Wheel of steel’). Una pena que disfrutaran de tan poco tiempo sobre el escenario ya que, por sí solos, pueden ser un cabeza de cartel de muchos quilates.
Foto Mikel Pérez
La mágica noche cerró con Scorpions que, por muchos años que pasen, siguen siendo unos auténticos titanes del directo. También les ayuda sobremanera la increíble puesta en escena y juego de luces y audiovisuales que los acompaña en estas citas.
En más de una hora y media de concierto, tuvieron tiempo de repasar grandes éxitos como ‘Send me an Angel’, ‘The Zoo’ o ‘Rock you like a Hurricane’, así como sus nuevas propuestas provenientes de su disco más reciente, Rock Believer (sonaron ‘Peacemaker’ o ‘Seventh Sun’, entre otras).
Foto Mikel Pérez
Klaus Meine sigue siendo Klaus Meine, tan solo más cauteloso con sus pasos sobre el escenario. Rudolf Schenker sigue siendo eléctrico y Matthias Jabs sigue derrochando elegancia en cada punteo. Menciones especiales al pedazo de solo de batería del incombustible Mikkey Dee y al siempre cumplidor Pavel Maciwoda.
Una cita que, sin duda, dejó un gran sabor de boca a todos los ‘rock believers’ que allí nos reunimos.
Gracias al Pirata y su equipo por hacer posible que pudiéramos disfrutar de este memorable evento.
